Lapsus de ayer

Y llegan las reminiscencias

Destilando fragancias de menta

Anís

Un toque de manzanilla -así tomabas el mate-

Y pienso en tu boca lechosa

Que en esos días en que el apocamiento me postraba a la cama y no paraba de fumar

Me daba un beso en la nariz y en un abrupto

-Así, como si una ráfaga de temperancia me golpeara la cara-

Todo se ponía bien

Y te acostabas al lado y llorabas conmigo

Te colabas en el umbral mismo del espíritu

Arrancabas pétalos y con ellos  te adornabas

Si sólo las flores supieran

¡Que la que las tendría que adornar sos vos!


II

Cafés en terrazas rebuscadas

Cigarrillos en moteles alejados

Y respiros cara a cara por horas, en el auto

Frente a casa de tus padres

Cosas que uno a veces

Al sonar tal o cual música

Recuerda

Ríe de costado. Y sigue adelante.


III

Hay días en lo que sospecho

Tomamos mal el camino

Ambos los dos

 Y no me da culpa -en esos días-

De volverme un uxoricida

Alegar defensa propia

Pretextar que

Se llevaron lo mejor de mí

Hace mucho atrás

Manifestaría al Fiscal

Que la culpa la tuviste vos

Cómplice número uno

De mi depresión mi enajenación y matrimonio infeliz

En medio de la bulla, gritaría

Que nunca me hubieras dejado dejarte


IV

Hablo en claves

Pareciera que alucino

Y es que te veo por las mañanas

Besando mi frente te veo

Por las tardes

Saliendo de la ducha

Mojada

Engreída

Buscando aplacar tu avidez

En sesiones censuradas

De tertulias infestadas

Cegadas de todo pudor



V

Y después de soñar ese encebadamiento de piel

Caigo en la temible realidad de que sigo fumando en el balcón

El balcón donde tantas veces posaste desnuda a contemplar algún que otro atardecer

Y me atavío de excusas

 -me gusta mentirme-

Y así

Cada tanto te extraño

Y por lo que duran dos cigarrillos

Te vuelvo a besar

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