No hace falta
Viajando en el mismo tren
Te juego con miradas indiscretas
Y me responden con una indiferencia fatal
El brillo de tus piernas encremadas de Q10
Encandilan mi juicio
Tus labios fruncidos
Denotan tu intento de comprender el ajedrez
Miras que te miro
Te ríes, incómoda
No sabes qué decir
Ese escote guarda bien las pulpas divinas de tu tesoro carnal
Pegas tu cara a la ventana fingiendo demencia
Ambos sabemos, que ya estamos ahí
No hace falta ni hablar
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