El Peregrino

Las bellezas marchan por la piazzale

Orgullosas de su acento 

Se saben bien gallardas

Entienden el por qué de tal parafernalia 

Los intrusos admiran con vehemencia 

Las formas los olores

Alguno que otro tuvo el privilegio de un avistamiento protocolar 

En los árboles se esconden 

Los hilos invisibles que hechizan a los foráneos 

El Norte no está marcado 

Y qué poco nos importa 

Perderse es encontrarse

Y volver a la escena del crimen 

No es siempre signo de culpa

Sino síntoma 

De satisfacción.

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