El hambre y las ganas de comer

Se encontraban en un callejón nuboso

El solía llevar una botella de vodka y dos paquetes de Marlboro

Ella llevaba una pollera suelta lista para levantarse

Y pocas ganas de portarse bien

Solían discutir de filosofía, de la política y del rock and roll

De Baudelaire, de Maquiavelo y de los tipos de Habeas Corpus

Escuchaban un álbum de canciones viejas que hablaban de las drogas y del amor

No llegaban ni a la mitad de la botella y ya se besaban como si fuera una larga despedida

Tiraba sus bragas y en las apuradas

Salpicaba de sus pechos pequeños

Alguna ternura montaraz

Le mordía el cuello

Bajaba a los pectorales, desaforada

Embriagada. Y no de la vodka.

Y en un letargo carnal

Él olvida todas las letanías intelectuales

Y empieza a rezar a la filosofía de sus piernas aceitadas

Con Crisma natural

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