Trigueña
Cuando te veo
El deleite de las huestes
Tus pechos, que saltan
Hacen caer mi boca
En un desenfreno furioso
Que ni el ímpetu de Ares
Ni la tropa de mirmidones más iracunda
Le llegan a los talones a los besos
Que le doy a tu escote
Maravillas de la tierra
Paraíso en dos postres
Me gusta
Catarlos de aperitivo
Y tu lengua con la mía
Cordones que se enlazan y se ajustan
Se succionan se mojan se gustan
Se entienden mi amor, y muy bien
Te levanto el vestido y roza mi alma el prado de tu ser
Flores, colores, frutas y manantiales
Ocultos todos en esa caverna de tentación
Felicidad importada
Desde los más profundos pozos
De Virginidad de La Venus
Ininteligible para los peones
Caramelo discreto
De la nobleza
De las Cortes y del Clero
Hermosa piel de leche fresca
Se esconde, me juega
Me llama y se muestra
Como Eva en el Paraíso
Yo pruebo la manzana sin dudar
Y acepto cualquier castigo
Fundirse en tus ojos de agua cristalina
Que enamoraron al mismo Narciso
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