Tango en la Taberna
La veía en las milongas Todos los martes por la noche Llevaba siempre algún rojo sobre la piel Bailaba, como ninguna Al son de sus caderas, vibraba mi corazón Adrenalina inyectada era cuando esa divina Avanzaba las piernas en brazos de otro Podría jurarle al mismo Satanás devoción eterna Con tal de que esos ojos Bailasen conmigo un tango en la taberna Tenés aroma a canela Como perfumada Con esencias que me traicionan Te saco y en medio de la pista Me empezaste a susurrar Tus murmullos eran un elixir Que al cruzar por mis oídos hacían mi piel erizar Me dijo que era una gitana Y me lamió el cuello al compás Pero el vestido Chanel y las perlas al desnudo Me contaban lo mundana Luego Fuimos a la alcoba De aquella taberna, de un viejo amigo suyo La desprendí del vestido, y volví a nacer Toda mi vida cobró sentido durante esos cuarenta minutos Desde entonces Siempre pienso en Buen