La Malquerida
Ojitos estirados
Redondos y frustrados
Mascullando una chipa arenosa
Que su madre ya no alcanzó a vender
Cutis de barro
Moldeado con tanta aversión
Infancia robada
A precio de mercado
En sus noches de prostitución
Llora la indiecita
Y los de apellido compuesto
La miran apenas y de soslayo
Calienta el brasero
-El agua para el mate-
Ya que fundieron su río
Y sus aguas parecen más bien chocolate
Presagiamos la peatonal de Palma
Pero a los que venden pulseras en las veredas
Ningún puto vaticinio
Pasean los cerdos
En sus yates por el Paraná
Y de lejos
Los paseros
Para llevar el desayuno
De sus castas parias
La Chacarita, R.L. Petit
Ellos desconocen
Al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria
Los vemos por las noches
Deambulando errantes por las villas
Escapando con un poco de vida
Para lustrar tus zapatos
Durante el día
II
El mosto helado nunca estuvo tan amargo
Los Comendadores del siglo veintiuno
Los apiñan en la franja costera
Como teniendo vergüenza
De tan concentrada miseria
A dos cuadras del Congreso
Entre la rivera
Y la Catedral asuncena
NIños que comen tierra
Una humillación constante
De existencia patética
De la que se olvidan los gobernantes
Que orondos y perfumados
Niegan una simple moneda
Ya sé
El trabajo no se regala
Pero esta tierra bendita
De Tupa y del Pombero
Una vez asaltada por hombles blancos
Con estandartes cristianos
Hoy es fusilada mancillada y vuelta a someter
Por familias harto conocidas
De capital acaudalado de no acabar
Que reniegan ser paraguayos
Que llaman a empresas de afuera
Obnubilando los cañaverales de antaño
En monocultivos de soja artificial
Cultivando narcóticos y exportando pobreza
Aumentando las divisas
Para el Fondo Monetario Internacional
Depauperando los campos
Que otrora frondosos, hoy
Claman con apremio
Un suicidio asistido.
Redondos y frustrados
Mascullando una chipa arenosa
Que su madre ya no alcanzó a vender
Cutis de barro
Moldeado con tanta aversión
Infancia robada
A precio de mercado
En sus noches de prostitución
Llora la indiecita
Y los de apellido compuesto
La miran apenas y de soslayo
Calienta el brasero
-El agua para el mate-
Ya que fundieron su río
Y sus aguas parecen más bien chocolate
Presagiamos la peatonal de Palma
Pero a los que venden pulseras en las veredas
Ningún puto vaticinio
Pasean los cerdos
En sus yates por el Paraná
Y de lejos
Los paseros
Para llevar el desayuno
De sus castas parias
La Chacarita, R.L. Petit
Ellos desconocen
Al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria
Los vemos por las noches
Deambulando errantes por las villas
Escapando con un poco de vida
Para lustrar tus zapatos
Durante el día
II
El mosto helado nunca estuvo tan amargo
Los Comendadores del siglo veintiuno
Los apiñan en la franja costera
Como teniendo vergüenza
De tan concentrada miseria
A dos cuadras del Congreso
Entre la rivera
Y la Catedral asuncena
NIños que comen tierra
Una humillación constante
De existencia patética
De la que se olvidan los gobernantes
Que orondos y perfumados
Niegan una simple moneda
Ya sé
El trabajo no se regala
Pero esta tierra bendita
De Tupa y del Pombero
Una vez asaltada por hombles blancos
Con estandartes cristianos
Hoy es fusilada mancillada y vuelta a someter
Por familias harto conocidas
De capital acaudalado de no acabar
Que reniegan ser paraguayos
Que llaman a empresas de afuera
Obnubilando los cañaverales de antaño
En monocultivos de soja artificial
Cultivando narcóticos y exportando pobreza
Aumentando las divisas
Para el Fondo Monetario Internacional
Depauperando los campos
Que otrora frondosos, hoy
Claman con apremio
Un suicidio asistido.
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