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Mostrando entradas de agosto, 2015

Todos somos melomaniacos

Hay melodías. Sonidos arquitectónicamente puestos unos delante detrás o conjuntamente con otros. Tonalidades que simplemente, no podemos escuchar. Porque cuando las oímos, esa musiquita que percibimos entrar por las orejas, irrumpe maleducada, y pone en estado de sitio a nuestra misma conciencia. Sin preguntar, arremete contra todo ese orden viejo y quieto que se encontraba inmóvil en tu espíritu desde hace años. Y no entendés porqué. Y es como que las entrañas se sublevan, se rebelan. Quieren gritar. Empezás a lagrimear de la nada, y sin darte cuenta te cuesta respirar. Jadéas pretendiendo que no te pasa nada. La taquicardia hace lo suyo, como comandada desde adentro por esa música que te das cuenta, te está dominando. Y cuando menos lo esperás, los colores son de otro color, las personas que antes veías caminar como si nada, ahora, en un golpe de gracia, cargan mil y una noches de historias que contar. Te nace una rabia personal. Una exasperación nacida de la impotencia. Tu impot

Ombligo del mundo

Saltando barricadas post modernas Alimentando egos y encendiendo cigarros Caminan las ánimas urbanas y no entienden En qué juego el Sistema los ha imbuido Y se miran se estudian Se compiten y a la vez se agradan Y sus envidias se engarzan formando Una masa gaseosa densa incolora y con hedor A tensión sexual Un asíndeton orquestado De moda importada, moteles infieles y mucho tereré Te encuentro caminando por las calles Apurada. Siempre apurada No apreciás nunca tu entorno Ni vacilás en alguna vez parar A detenerte a contemplar Esta vorágine caótica Que a todos promete y a todos se traga Llamada gran ciudad O mejor dicho Capital

La Malquerida

Ojitos estirados Redondos y frustrados Mascullando una chipa arenosa Que su madre ya no alcanzó a vender Cutis de barro Moldeado con tanta aversión Infancia robada A precio de mercado En sus noches de prostitución Llora la indiecita Y los de apellido compuesto La miran apenas y de soslayo Calienta el brasero -El agua para el mate- Ya que fundieron su río Y sus aguas parecen más bien chocolate Presagiamos la peatonal de Palma Pero a los que venden pulseras en las veredas Ningún puto vaticinio Pasean los cerdos En sus yates por el Paraná Y de lejos Los paseros Para llevar el desayuno De sus castas parias La Chacarita, R.L. Petit Ellos desconocen Al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria Los vemos por las noches Deambulando errantes por las villas Escapando con un poco de vida Para lustrar tus zapatos Durante el día II El mosto helado nunca estuvo tan amargo Los Comendadores del siglo veintiuno Los apiñan en la franja cost

Lucifer desatada

Anoche lo sentí al diablo como me susurraba    Lo pude ver cara a cara   Hombre alto   Fino   De tez larga    Y piel lozana    Me cantaba mientras dormía    Me hablaba de mentiras y de deseo    Bien cerca al oído   Sentí ensoñando, sus besos al cuello   Labios fríos,   Que me hicieron patalear de un temblor    Respiré su aliento tan de cerca    Que me lo pude dibujar   Pelo negro engominado    Ojos verdes punzantes    Y una boca de mazapán    Que me miente, me llama y me pone a desnudar    Me despierto lo sorprendo invadiendo mis piernas    Me dejo no me opongo tirito de frío    Sus manos dos témpanos tersos    Me tocan la consciencia y me provocan gritar    Aprieto sus brazos, los juego a pinchar    Siento que me posee   Me desafuero y me encuentro desprendida de mí   Llevo sus labios a mis pechos   Los exhibo gozosa    A

A tientas

No nos vemos   No nos hablamos   El sentimiento se limita a extrañar   Y así    Nos buscamos a tientas    Lanzamos indirectas    Sin carta certificada    De celos provocados   O de algún eclipse lunar   Pero    Nos sabemos mentidos   Vaticinamos el día a día    Y olvidamos al anochecer    Como el ciego que sabe   Al estirar su brazo en el aire    Que el lazarillo lo espera    Siempre ahí