Entradas

Mostrando entradas de enero, 2016

Un lisiado lleno de buenas intenciones

El sentimiento nunca va acompañado de acción. Permanece allí. Aislado. Maniatado, sin poder abrazar. El sentimiento es mudo. Nunca grita. Nunca besa. Nunca golpea. No conoce de límites y es ciego a prohibiciones. Sordo, no sabe escuchar imperativos. Rebelde, nunca obedece a la fuerza. Temerario, no le convencen el miedo ni el fracaso. Soñador. Vive y se alimenta de sueños; si éstos se vuelven en realidad o no, no es su batalla y lo sabe. El sentimiento es un huérfano sin descendientes. No le debe nada a nadie y se debe todo a sí. Es curioso en demasía. Busca siempre respuestas, y no se cansa de preguntar. Es un pésimo alumno. Se ríe de la Lógica y de las fórmulas matemáticas. Es eterno. Siempre uno va a sentir. Es caprichoso. No se deja comprar ni sobornar. Se sabe entregar él solito. Y cuando lo hace, lo hace de lleno.

Compunción

Entra diáfana por la ventana La luz del Sol, contándome un nuevo día Un poco de manzanilla, un puñado de anís, Y ya listo el mate Vienen abruptas Representaciones renacentistas a mi mente Espaldas desnudas, torsos semi descubiertos Besos oblicuos Miradas traslúcidas  Un aroma de almíbar y cajú  El eco inquietante de voces líricas Que atosigantes, me susurran un mismo nombre Me despabilo, te pienso, te reniego Te repienso, y te termino por llamar La contestadora irrita mi ansiedad Cuelgo. Frustración.  Sentimientos florecidos Humanización

Durmamos la siesta

Arriba, mi amor Ya se hizo casi de noche La envuelve en besos para despertarla de la siesta vespertina Y la consiente en las últimas, Contemplando con la misma adrenalina Sus arrugas que Clandestinas Sin maquillaje ya no se saben esconder Para él un café bien fuerte, y para ella un té Una caja de bombones que comparten con tradición Sellando así otra merienda de domingo Juntos los dos, siendo uno En el alma y en el alma solamente Las canas invitan al ardor erótico a retirarse E invitan todas las noches a cenar A Pausianas, Agatón Aristófanes Pero a Sofía La dejan quedarse a dormir

Cortometrajes de domingo

Agonías repentinas Cuando el subconsciente se acuerda De tus mechones castaños acechando Obstruir la respiración con ese perfume balsámico Como manando de tus pistilos carnosos Y avasallando toda cama que lo percibe A veces te pienso en la cocina En bragas de mañana de domingo Los pechos al aire, la ventana a medias abierta Hirviendo el café Camina ella en pisadas sigilosas Cuidando no resonar No se percata que ya desde hace rato Jugando al espía La contemplo con estupor