La impuntual
Nunca entenderán
Nuestro pacto con el diablo
Ese diablo que tenemos dentro
Ese ángel que fue expulsado de nuestros cielos
Por ese Dios soberbio
Ese Dios que escucha a los demás
Ese Dios que cumple horarios
Y siempre dice palabras educadas
El verdadero jardín del edén
Está en la mentira
En nuestro escape
Me agarrás la mano caminando por calles donde nadie nos conoce
Y no sé como llamarle
Volví a la normalidad
Volvimos a la Capital
Haciendo informes
Sorbiendo el café
Tirando suspiros que desprecian a la normalidad
Me viene ese déjà-vu
Y escucho tu nombre en el ambiente
Me muerdo los labios
Y exhalo una risa de sinvergüencía absoluta
Y no sé
Cómo llamarle
Ya acabaron las vacaciones
Invento partidos de tenis
Torneos de póker
Y vos
Peluquería
Teñidas de pelo
Masajes reuniones salas de té
Y amanecemos
Los domingos
Comiendo en la cama
Y sexo en la cocina
Todo al revés, como nos gusta
Nos miramos
Y no hace falta ni decir
Me besas en los labios
Y de repente
Y juro, que sin querer
Todo
Dejo de ser una coincidencia
Cada encuentro cada
Canción
Las medialunas al mediodía
Acariciando tus pechos
Sin afanes rijosos
Solo contemplo
Dichoso
Tus contornos
Temeroso
De volverme dependiente
Y te ponés de pie
Caminás hacia la cocina
Tus piernas
Ese vaivén de tus nalgas blancas
Que sincronizadas
Juegan con mi atención
Que
Anonadada
Respira profundo la exasperación
De no ser más
Que una concurrencia
Una dulce y esporádica coexistencia
Y vos
Mi hermosa concomitancia
De vez en cuando
Cuando necesito volver
A viajar
Nuestro pacto con el diablo
Ese diablo que tenemos dentro
Ese ángel que fue expulsado de nuestros cielos
Por ese Dios soberbio
Ese Dios que escucha a los demás
Ese Dios que cumple horarios
Y siempre dice palabras educadas
El verdadero jardín del edén
Está en la mentira
En nuestro escape
Me agarrás la mano caminando por calles donde nadie nos conoce
Y no sé como llamarle
Volví a la normalidad
Volvimos a la Capital
Haciendo informes
Sorbiendo el café
Tirando suspiros que desprecian a la normalidad
Me viene ese déjà-vu
Y escucho tu nombre en el ambiente
Me muerdo los labios
Y exhalo una risa de sinvergüencía absoluta
Y no sé
Cómo llamarle
Ya acabaron las vacaciones
Invento partidos de tenis
Torneos de póker
Y vos
Peluquería
Teñidas de pelo
Masajes reuniones salas de té
Y amanecemos
Los domingos
Comiendo en la cama
Y sexo en la cocina
Todo al revés, como nos gusta
Nos miramos
Y no hace falta ni decir
Me besas en los labios
Y de repente
Y juro, que sin querer
Todo
Dejo de ser una coincidencia
Cada encuentro cada
Canción
Las medialunas al mediodía
Acariciando tus pechos
Sin afanes rijosos
Solo contemplo
Dichoso
Tus contornos
Temeroso
De volverme dependiente
Y te ponés de pie
Caminás hacia la cocina
Tus piernas
Ese vaivén de tus nalgas blancas
Que sincronizadas
Juegan con mi atención
Que
Anonadada
Respira profundo la exasperación
De no ser más
Que una concurrencia
Una dulce y esporádica coexistencia
Y vos
Mi hermosa concomitancia
De vez en cuando
Cuando necesito volver
A viajar
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