Las mañanas son de su sonrisa y su tapado Que en los debates son siempre el mejor argumento Perfume de libros viejos que con la ligera fragancia de los cigarrillos de la mañana Despierta los instintos del más sabio y la sabiduría del más impetuoso Recorren atrás de las huellas que deja el stileto Digno de buitres, nunca de su carroña suficientemente dignos Sus perlas sobrevaluadas conocen el regateo El cuerpo es como la bolsa, te enseña Todo es pura especulación
Arreglando papeles Corrigiendo escritos varios De repente Me viene a la mente Tus piernas morenas Sin nada. Al descubierto Licor de canela Que me haces tomar siempre En nuestro bar privado del que nadie sabe Ese antro del secreto y las escondidas El final del arcoiris de lo prohibido Y en el placer de transgredir Las reglas que ponen las demás gentes Y que entre risas y jadeos Burlamos en el mejor de los banquetes
Nunca entenderán Nuestro pacto con el diablo Ese diablo que tenemos dentro Ese ángel que fue expulsado de nuestros cielos Por ese Dios soberbio Ese Dios que escucha a los demás Ese Dios que cumple horarios Y siempre dice palabras educadas El verdadero jardín del edén Está en la mentira En nuestro escape Me agarrás la mano caminando por calles donde nadie nos conoce Y no sé como llamarle Volví a la normalidad Volvimos a la Capital Haciendo informes Sorbiendo el café Tirando suspiros que desprecian a la normalidad Me viene ese déjà-vu Y escucho tu nombre en el ambiente Me muerdo los labios Y exhalo una risa de sinvergüencía absoluta Y no sé Cómo llamarle Ya acabaron las vacaciones Invento partidos de tenis Torneos de póker Y vos Peluquería Teñidas de pelo Masajes reuniones salas de té Y amanecemos Los domingos Comiendo en la cama Y sexo en la cocina Todo al revés, como nos gusta Nos miramos Y no hace falta ni...
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