Las mañanas son de su sonrisa y su tapado Que en los debates son siempre el mejor argumento Perfume de libros viejos que con la ligera fragancia de los cigarrillos de la mañana Despierta los instintos del más sabio y la sabiduría del más impetuoso Recorren atrás de las huellas que deja el stileto Digno de buitres, nunca de su carroña suficientemente dignos Sus perlas sobrevaluadas conocen el regateo El cuerpo es como la bolsa, te enseña Todo es pura especulación
Se desató La furia del Mar por fin salió a flote El Marinero curtido por décadas de tempestades Expía en silencio sus motivos secretos Y los dolores que le subyacen Llora solo en su soledad, en altamar, con la Luna y las olas como testigos Las gotas incesantes de la borrasca Despistan las lágrimas que se confunden En sus cachetes golpeados De tanta vida y tan poco vivir
Arreglando papeles Corrigiendo escritos varios De repente Me viene a la mente Tus piernas morenas Sin nada. Al descubierto Licor de canela Que me haces tomar siempre En nuestro bar privado del que nadie sabe Ese antro del secreto y las escondidas El final del arcoiris de lo prohibido Y en el placer de transgredir Las reglas que ponen las demás gentes Y que entre risas y jadeos Burlamos en el mejor de los banquetes
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