La mañana me sorprendió Con la rutina de siempre Maravillosa como nunca Corriente como ayer Y en el balance general de mi Yo Hoy me entrego Bien saciado Me diste muchas sobremesas En ocasiones terminé con antojos impagados Otras muchas Bien atiborrado Todos temen correr La misma suerte inefable Pero si hoy yo Te beso un adiós, amiga amante Me iré sonriendo y fumando En el pecho llevando Todos mis pecados Y mis aciertos desinteresados No es que quiera dejarte antes de tiempo Ni mucho menos que ya me seas insuficiente Pero el pimpollo Ya hizo eclosión Ya prestó su servicio Y a alguna primavera adornó Y enfrenta esa moción De frente Sin temor Mis remordimientos Consecuencias de los dictados Del corazón Se declaran en rebeldía De ese llamado juicio final Mi orgullo de pie te miraría fijo a los ojos Un último saludo de visera ...
Se desató La furia del Mar por fin salió a flote El Marinero curtido por décadas de tempestades Expía en silencio sus motivos secretos Y los dolores que le subyacen Llora solo en su soledad, en altamar, con la Luna y las olas como testigos Las gotas incesantes de la borrasca Despistan las lágrimas que se confunden En sus cachetes golpeados De tanta vida y tan poco vivir
Qué pasó con el fuego Ese que nos calcinaba Y en las sábanas germanas Entre brasas y entre besos Nos prometimos que tal vez Que quizás Qué paso con el fuego ese Que nos motivaba Como que nos obligaba A dar A entregar Hoy, leyendo el diario del lunes Tomando un café amargo, y ya frío Me pregunto Qué le habrá pasado?
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