Delirium tremens

En un tiempo de nevadas y de lluvias grises

Partió mi alter ego

A la madriguera de la savia de la amapola

Allí encontré a varios amigos muertos

Que creía conocerlos de libros y de discos

Le hice el amor a Calíope

Me abrazó como mi madre solía hacerlo

Liberado de los odios

Afuera de este mundo

Y tan adentro de mí

Me encontré con la fuente misma de la vida

De ahí quise beber y beber más

Pero la Naturaleza es sabia, y me dijo que no

Desperté mareado dolido y riéndome solo

Como si yo fuese el único cómplice y testigo

De aquel sexo desenfrenado

Con eso que no podemos tocar

Con eso que normalmente,

No podemos pensar.


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