Haces de luz penetran por las diáfanas de mi templo Rayos de helio deslíen la carne y encandilan las pupilas Las resonancias de sus aleteos mesmerizan al coro gregoriano Sus esmeraldas saltonas ablandan el espíritu y desconcentran en la oración Baja el fénix con su cola de fuego posando sobre el Altar Lleva gemas preciosas colgando de sus pechugas abrasantes Souvenirs de felonías de otras vidas Para esta rapaz de fuego no existe pecado Ni cielo ni infierno, ni vida después del morir Cuando ella ama, ella te quema Y cuando ella se incendia De sus cenizas, siempre vuelve a nacer No tiene Dios ni Diablo Sus labios, son su única religión Asalta Iglesias y Mezquitas Sinagogas y Mandiras No sabe discriminar Distrae a los monjes y entrega su cuerpo y su sangre Los invita a comulgar Te fija la mirada conjurando hechizos de galanteo y sugestión Mil avemarías No alcanzan para encontrar la paz Que venden tus