Del sadismo y la oracion

-Filipenses 4:13; Filipenses 4:13; Filipenses 4:13. Y el Diablo no se iba. Eran solo números matematicos que repetia como las tablas de multiplicar.

-Juan 14:6; Juan 14:6; Ju... 
- Yo soy tu camino! Yo soy tu verdad! Y yo soy tu vida!, me grito el Diablo, al momento de darme una cachetada como de esas de las que me daba mama... Y que me terminaron gustando.
Me cai al suelo. Me arrodille y empece a orar. El Diablo se echo a reir. Pero cuando cobre coraje y empece a rezar mas fuerte, se exacerbó. Empezo a gritar obsenidades a los cuatro vientos. (un clima bastante familiar)
Sostenia con miedo mi Rosario, cuando lentamente el Diablo me lo quito y se lo puso, dejandolo penetrar entre sus pechos.

-"Pablito, ven, es hora de nuestro baño". Me parecio rememorar en ese mismo instante la voz de mi madre.
 -"Siempre me fue una materia pendiente la de los hijos, me dije en mis adentros sollozando. 
-"Siempre tambien, la de la castidad", me reclamaba el Diablo mientras me besaba el cuello y arrojaba mi sotana.
Eran esos besos que tanto me gustaban. Angelicales. Puros. Casi dignos de amor filial. 
-"Detente ahora! Ya no quiero mas!", le grite al Diablo.
-"Ya no quieres mas? Me respondio una niña rubia, mientras cerraba con llave la puerta del confesionario. 
Y me envolvi de repente, en un profundo sueño casi psicosomatico.
-"Padre Edipo, termine", me dijo la niña rubia, con temple curioso y prematuro. Y se vestía sus ropitas rosadas y fosforescentes. 
Le obsequie una paleta. A los hombres nos acostumbran a consolar con caramelos. Y tambien, con oraciones.

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