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Mostrando entradas de marzo, 2012

Del sadismo y la oracion

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-Filipenses 4:13; Filipenses 4:13; Filipenses 4:13. Y el Diablo no se iba. Eran solo números matematicos que repetia como las tablas de multiplicar. -Juan 14:6; Juan 14:6; Ju...  - Yo soy tu camino! Yo soy tu verdad! Y yo soy tu vida!, me grito el Diablo, al momento de darme una cachetada como de esas de las que me daba mama... Y que me terminaron gustando. Me cai al suelo. Me arrodille y empece a orar. El Diablo se echo a reir. Pero cuando cobre coraje y empece a rezar mas fuerte, se exacerbó. Empezo a gritar obsenidades a los cuatro vientos. (un clima bastante familiar) Sostenia con miedo mi Rosario, cuando lentamente el Diablo me lo quito y se lo puso, dejandolo penetrar entre sus pechos. -"Pablito, ven, es hora de nuestro baño". Me parecio rememorar en ese mismo instante la voz de mi madre.  -"Siempre me fue una materia pendiente la de los hijos, me dije en mis adentros sollozando.  -"Siempre tambien, la de la castidad", me reclamaba el Di

SÓLO HACIA EL NORTE

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                 I   El hambre merodea los rincones Los libros se derriten Sus paginas siguen virgenes El reloj se impone altivo El yugo racional No conoce distinciones                           II El Antiguo Regimen nunca salio de Asuncion Ni despotas ilustrados ni pueblo de vasallos Desde el Palacio de Lopez  Hasta los mas verdes montes Seguimos prisioneros De nuestra propia condena Si la riqueza no se alterna La creatividad no progresa El intelecto nunca se manifiesta Los duplicados son deplorables No somos ni charruas ni paulistas ni de Buenos Aires No fabriquemos una cedula falsa Que de haber escrito esta poesia en Guarani Se hubiera descubierto la farsa                 III             Enterremos al Mariscal Lopez Y tambien a Alfredo Stroessner Que no me quiero quedar en el tiempo Leyendo solo a Efrain Cardozo Por tratar de revivir siempre a Mangore Nos olvidamos d

Rema mar adentro

A ningun lado nos í bamos. Sin embargo, quer í amos seguir remando No teniamos mapas, y mucho menos br ú jula Ya estaban nuestros brazos cansados de remar contra corriente Los recuerdos nos golpeaban, como olas furiosas dispuestas a no dejar el pasado Nos volv í an a tragar mar adentro Segu í amos yendo a ningun lado, mas segu í amos en ese é xodo Qué uni ó n! Un naufragio simult á neo que aprovechamos para simpatizar Pero sab í amos que a ning ú n puerto nos dirig í amos Porque ambos sab í amos lo que significaba naufragar .