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Mostrando entradas de junio, 2016

Ni a buitre ni a cuervo

No deberle nada a nadie Mas que la vida misma a una única Reina Consorte El banco de Favores suele Cobrar los más altos de los intereses Para la corrupción, hacen falta por lo menos dos Pero en cambio La excelencia Ama codearse con la soledad Hacer de malhechor es de mal gusto Es cierto Pero participar en hampas ya sea Cebando mate o enyuyando el tereré Es propio de rastreros Que no llegan ni a buitre Ni a cuervo

Patoteros de otro pozo

Nubes de azúcar Se elevan por este cielo gris Culebras cizañeras vienen corriendo A confirmar el rumor Las guerras médicas llegaban a su fin Se erige el león ultrajado Patoteado Se vuelve a levantar Las hienas insolentes se ríen De lo que no pueden comprender Ferrari falsificado Por una maquila china de alto nivel Se yergue desengañado Reclamando su trono arrebatado Por los cerdos originarios De tierras medias animalescas

Ontología dual

Te veo Te respiro Siento tus latidos Allá en el corazón Triste niña noble Miento si te digo Que te voy a curar No vine yo A lamer heridas viejas de ayer Tampoco te prometo Cien por ciento de fidelidad Sólo me atrevo a decirte mi verdad Que nunca en esta corta travesía Me he visto tropezar Con trampa tan mortal En medio de este cañaveral No quiero serte romántico Ni mucho menos Este rasgueo asonante No se atina a proporcionar Ni una mediocre descripción de tu afabilidad Inhumano expresar con sinapsis neuronal Lo que pertenece a la misma ontología Impronunciable De los dos

¿Qué hacés?

Claustros voluntarios Baladas británicas que erizan tu piel Flashes de noches inundan y se secan Dejando ese gusto petricor en tu boca vestal Buscando vivir de nuevo a toda costa Viviendo todos los días para volver a morir en ese beso A orillas de la Mar II Pechos orondos y blanquecinos Atormentan mi trabajo y no sé Si se tratan de fantasmas que me atosigan O de una inspiración divina Que me llama a volver Entras en una canción cualquiera Que suena por la radio Comienzo A odiar al mundo A todo el rededor Te veo en las calles en esta alcoba vacía Sin vida sin nadie desnuda fumando sus amaneceres III La arena cristalina quema los pies La marea harto mansa refleja en sus flujos y reflujos A su Luna siempre fiel Bebimos los dos tanto vino Que nuestras sonrisas sabían a Pinot Tomaste mi mano En un acto tierno y purísimo Te besé el cachete izquierdo Como quien besa a su hija de seis Y vos me miraste a los ojos Y con dulzura sal

La indiferencia

La Muerte no mira el coraje Se inmuta ante la pureza y le dan igual La albura de la castidad y la suciedad de mil culpas La bondad cristalina de tu boca inmaculada Termina al igual que mi piel corroída Por las olas que vinieron y se fueron Y es por eso que Ante la indiferencia inefable de la chispa vital, Virgen Sacra, Vos también das igual