Ángeles caídos
En el rosal asunceno Duerme aquel pimpollo Que sin siquiera abrir sus pétalos al amor Ya se encuentra marchito Mancillado y con temor Y todas las abejas meten sus lenguas al meollo Pero ninguna es picaflor Pregonan la vida y condenan la muerte Pero abrir al pipollo a destiempo ¿No es acaso jugar a la misma suerte? No respetaron su capullo Lo perforaron con sigilo Pero no acaba el murmullo ¡La gente de mierda opina en estribillos! Y acá, los pocos que arman barullo Son pecadores infanticidas con estilo Que se creen evolucionados Al despachar a tantos niños Porque ellos no creen en el cielo, ni en la Trinidad ni en el castigo Esos herejes malnacidos Nos hablan de derechos, de humanidad y de libre albedrío ¡Qué sinverguenzas! Estos arquetipos Deberíamos arrodillarnos ante la voluntad de la Naturaleza y de Dios divino Obliguemos a la chiquilla, a tener al chiquillo Y olvidémonos ya del pimpollo, que eso, nos importa un comino