Ángel de la Soledad
Siempre caminando de frente sin mirar Los ojos fijos en el brillo De esa ostra barroquista Pasas por los hombres sin dudar Ni un segundo en quedarte Te contoneas en tus curvas y pensas que sos lo más La lujuria destila en vos sus vasos Dejando el amor y la ternura atrás Me abrió la puerta de su casa. Me invito a pasar Creyó que llevaba perlas en mis otras El Mercedes y el Armani son apenas Cascaras amargas de la sonrisa que me quitaron Allá, hace diez años atrás Su vocecita era de Angel pidiendo limosna Se sacaba la blusa, se confesaba enamorada Me daba una de esas miradas Que no sabía si era la Virgen María O prostituta enmascarada Y lo más lindo de mi suerte era que No podía elegir